22/02/2002

Hechos y Misterios

  • El imán del Cementerio Municipal
  • El camposanto atrae a diversos personajes. En las escalinatas se aplaude las famosas picadas de autos. Los fines de semana concurriría una pareja para realizar actos sexuales. En las inmediaciones se pueden encontrar mesas servidas con comida.

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  • Los misterios
  • El Cementerio Municipal por su tranquilidad atrae a un sin número de personajes. Algunos encuentran en el lugar un referente para realizar prácticas esotéricas dignas de un brujo. Por su parte, otros dan rienda sueltas a “desvíos” sexuales y hasta se buscó un lugar donde se podría hallar dinero profanando una tumba.
    La última práctica de esta nueva moda de las picadas puso los pelo de punta a más de un colonense. La indignación de vecinos por las picadas que realizan jóvenes en el camino de acceso al Cementerio Municipal es por demás elocuente. Los jóvenes largan sobre Ruta 8 y la llegada se demarca en una línea sobre el ingreso al camposanto.
    La hinchada se coloca sobre las escalinatas y aplauden de rabiar a los ganadores. Las apuestas no son muy fuertes debido a la crisis económica pero los adolescentes se la “rebuscan” para jugarse algunos patacones.
    Las picadas se realizan a altas horas de la noche y algunos pronostican un accidente de magnitud. Algunos testigos dicen que hay mucha gente “jugada” por la ingesta de alcohol.

  • Mucho más
  • Un bisemanario desaparecido hace varios años y ante la muerte de un miembro de una familia gitana que vivía en Colón, publicó las costumbres ancestrales del grupo en el rito funerario.
    Según la tradición de los gitanos, en el ataúd del difunto se depositan parte de las riquezas que lo acompañaron en su vida, como anillos de oro y dinero en efectivo. La publicación gráfica salió un viernes y el sábado autores desconocidos ingresaron al cementerio y profanaron la tumba.
    El sentido común indica que los ladrones leyeron la noticia y luego se dirigieron al camposanto a destrozar la tumba en busca de las “riquezas” enterradas.
    Pero los malvivientes no son los únicos visitantes. Por otro lado, el hecho ejemplifica el dicho que “sobre gusto no hay nada escrito”. Una pareja de jóvenes - seguramente con alguna perturbación sexual- se dirigía por la noche al Cementerio Municipal asiduamente y pasaba largas horas en el lugar. Los chismes indicaban que en ese paraje solitario y tétrico encontraban los estímulos necesarios para hacer el amor.

  • El cajón
  • Uno de los mayores misterios de los últimos tiempos fue la aparición de un pequeño cajón blanco de los utilizados para enterrar a menores de edad. El mismo estaba abierto y en buen estado de conservación y contenía una mantilla blanca de bordados muy finos. El cadáver de la criatura presuntamente muerta jamás apareció. Un fuente creíble nos indicó que en el pequeño ataúd se podría haber trasladado mercadería ilegal desde una gran ciudad y la pregunta es ¿Quién se animaría abrir el ataúd en un control policial realizado en la ruta?.
    Aunque el hecho más asombroso fue vivido por dos familiares cercanos de un muerto. Según nuestra información, las mujeres visitaron el panteón de un familiar que hacia pocas horas había fallecido. Las visitantes escucharon quejidos y se dieron cuenta que los sonidos similares derivaban del cajón. Las mujeres se comunicaron rápidamente con el jefe del predio –hoy en otra función municipal- para comunicarle lo que estaba aconteciendo.
    El funcionario en el silencio de la tarde escuchó los extraños ruidos y pasó a explicar la forma por que eran originados. El cajón no se destapó y las mujeres se retiraron con un gran susto del lugar.

  • La broma
  • El hecho más humorístico que sucedió en el Cementerio Municipal fue la llegada de un nuevo empleado. La definición justa debería haber sido “debut y despedida”.
    El empleado recibió el pase del Hospital Municipal al predio santo. El muchacho no estaba convencido de realizar las tareas municipales asignadas y además se encontraba muy temeroso. La llegada fue a las seis de la mañana y en época invernal.
    Rápidamente le asignaron una tarea de limpieza en los fondos del predio. El empleado se dirigió a su tarea, pero un compañero de tareas muy “bromista” se adelantó y lo esperó escondido. Cuando comenzó a trabajar, una voz de ultratumba le reprochó los ruidos que realizaba. Los testigos dicen que el novato empleado dejó la asada y salió corriendo, no regresando jamás.

  • La policial
  • El tema de la búsqueda del cadáver del empresario rosarino Díaz Franco secuestrado en l988 derivó una frenética búsqueda en el Cementerio Municipal. El tema no era menor. Un agente de inteligencia había llegado luego de las derivaciones de un anónimo a investigar su procedencia.
    En pocos días ubicó el cadáver de un linyera y se dirigió al osario. El agente descubierto fue ubicado por un periodista policial. La cuestión era como se había “filtrado” la información. El periodista se negó a revelar su fuente ante el segundo jefe de la policía provincial comisario mayor Rossi .
    Las amenazas de derivarlo a un juez para que revelará como se había apropiado de los datos no amilanó al periodista. La situación derivó en un allanamiento en el propio Cementerio. En el lugar se buscó con palas en un sector. En el lugar se encontraron miembros amputados y cadáveres de nonatos. Los mismos no estaban registrados y término en una causa judicial donde debieron declarar empleados y hasta el propio encargado del camposanto.

  • Las mesas
  • El sector del Cementerio Municipal es también propenso a ritos extraños. En sus adyacencias fueron encontrados mesas servidas con lujosos accesorios. Se han observado manteles blancos servidos con copas de cristal, vino fino y platos con exquisitas comidas. También los partidarios de estos ritos suelen dejar bebidas blancas y paquetes de cigarrillos con notas de recomendaciones al difunto.
    Por otro lado, se pudo ver en las cercanías del cementerio diversas vestimentas dejadas con fotos de difuntos y cartas con extraños textos. Los alambrados cercanos tampoco escapan a los rituales. Se han encontrado diversos elementos y hasta fotografías donde el contorno humano se pinta de negro, vaya a saber con que motivos exotéricos, aunque los que saben, dicen que es para bloquear la energía positiva de una persona a la que se quiere hacer el mal.

  • Un torso
  • Por último, el hallazgo más extraño se realizó hace cinco años. Un hombre encontró el torso de un hombre en los techos de un panteón. El hombre había muerto hace más de 25 años.
    El misterioso torso derivó en una causa judicial. Lo notable que se pudo determinar la identidad del difunto y para sorpresa de todos se trataba de un prócer de Colón. La forma en que llegó al lugar es un misterio.




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