15/02/2002
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Aumentarán poder a municipios
Sola descentralizará el cobro de impuestos. La caída de diciembre en las arcas estatales fue histórica. Las Comunas serán responsables por el índice de cobrabilidad.
La provincia de Buenos Aires va a lanzar una fuerte embestida para mejorar la recaudación tributaria, y el peso de la responsabilidad recaerá en los municipios. El gobernador Felipe Solá les encomendó a los intendentes, incluido el de Colón Miguel Lavatelli, duplicar el poder de recaudación que, sólo en el mes de diciembre último, sufrió una caída de 47 por ciento contra el mismo mes de 2000.
Como herramienta para operar tamaña misión, Solá reiteró la promesa incumplida durante años de descentralizar el cobro de impuestos.
Como primera medida, les adelantó que se van a reactualizar los convenios que ya existían para cobrar algunos impuestos y que Ruckauf dio de baja. Y, en segundo término, se crearán nuevos convenios para ampliar el número de impuestos que cobran las comunas que, en la mayoría de los casos, sólo perciben en concepto de Inmobiliario Rural. La idea es facul-tarlas para cobrar el Inmobiliario Urbano y Automotor.
La descentralización tiene una razón de ser: las comunas poseen mayor índice de cobrabilidad de impuestos que la Provincia (se calcula una relación de 50 a 35 por ciento), porque cuentan con mejores padrones y una mejor llegada a la gente.
El descalabro
Solá reunió con los intendentes y legisladores del justicialismo en la escuela de Policía, Juan Vucetich. Allí, el Subsecretario de Ingresos Públicos, Santiago Montoya, le puso números concretos al descalabro fiscal. De los 4.600 millones que se recaudaron en 1998, sólo se consiguieron unos 3.500 en 2001, esto es, un 25 por ciento menos. Para dar una magnitud del desorden basta mencionar que sólo la erogación que insume Educación, 3.700 millones el último año, supera a los ingresos propios de la Provincia en un año.
Aunque sabedores de la crisis económico financiera que arrastra la Provincia y amplía el clima recesivo general, los intendentes se mostraron impac-tados con la crudeza de los números. Solá les demandó un fuerte rol fiscalizador para poder concretar dos ejes de trabajo: la modificación en la administración de impuestos y el recupero de deuda. Queda en la Provincia la tarea de ampliar la base recau-datoria: no son pocos los contribuyentes que no reciben la correspondiente boleta.
Déficit
En efecto, la Provincia tiene un serio déficit de poder de cobro. Por caso, mientras la AFIP cuenta con 2000 oficinas en todo el territorio bonaerense, la Dirección Provincial de Rentas sólo tiene 400. Por ese agujero se cuela además la evasión.
Precisamente Montoya se refirió a la fuerte evasión y alto índice de morosidad que registra hoy en la Provincia, poniendo como ejemplo el impuesto Inmobiliario Urbano, cuyo porcentaje ha alcanzado hasta el 40 por ciento.
Además, el intendente de Carmen de Areco, Luis Alberto Pronesti, se mostró «asombrado» con el nivel de «descompromiso» de los principales contribuyentes bonaerenses, unos 25 mil, que evaden en conjunto unos 140 millones de pesos. Pronesti coincidió con el gobernador Solá en la importancia de «regenerar la confianza de la gente en el Estado», y sembrar la idea de lo necesario que se vuelve cumplir con las obligaciones fiscales.
Más drástico, el intendente de Tapal-qué, Ricardo Romera, sostuvo en la reunión que la gente «no entró en rebeldía fiscal», como había advertido el propio Solá, sino que «ya no puede pagar sus impuestos».
Romera afirmó que los municipios se encuentran en nivel de susbsistencia, y que «no hay lugar para más ajustes».
El aumento de la recaudación es el tercer elemento que, por relación de necesidad, debe acompañar las reformas administrativa y política ya encaradas por el gobierno bonaerense.
Pero así como esas modificaciones dependen de la voluntad política, la primera es una variable sujeta a la coyuntura económica. El propósito del Gobierno es, por lo menos, evitar que continúe la tendencia a la baja para que no se vea resentida la prestación de servicios
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