14/12/2001
|
La globalización del delito llegó a Colón
La inseguridad crece en nuestra ciudad y se debe estar preparado para prevenir nuevas formas de delitos. Robo de carteras, “scruches” de casas y falsos inspectores son los más usados.
El ejemplo es práctico. La Sra. Fany Rius con domicilio en calle 21 entre 43 y 44 salió del supermercado GEA con las bolsas de compras y su billetera, caminó hasta la 21 y 46 y en el lugar fue atacada por dos menores en bicicleta que tenían entre 15 a 16 años. La víctima se resistió y fue literalmente tirada al piso. En la involuntaria caída golpeó su cabeza contra el cordón de la vereda debiendo ser llevada de urgencia al Hospital Municipal. Los médicos le practicaron tres puntos de sutura, permaneciendo en observación durante 48 horas.
Impunidad
El caso es notable por la impunidad que parecen tener los cacos que actúan en el mismo sector desde hace meses. Para profundizar el tema podemos afirmar que minutos antes, otra mujer terminaba de realizar las compras en el comercio referido. La víctima regresaba a su vivienda situada en Severo Sosa. En el corto trayecto fue abordada por dos sujetos jóvenes que se trasladaban en bicicletas y con movimientos violentos intentaron arrebatarles las bolsas de mercadería. La mujer asustada gritó y dos mujeres y un hombre que estaban en los alrededores corrieron para auxiliarla. Los ladrones ante el cariz que tomaban los acontecimientos huyeron. En ese mismo sitio unos días antes, la hija de una mujer que trabaja en el parador de ómnibus fue atacada y los cacos trataron de arrancarle una cartera . La víctima se resistió y fue arrastrada varios metros por los malvivientes en el peligroso tironeo.
Estos caso se agrega al sufrido por una docente de apellido Piccini en 49 y 20. La mujer a las 20.30 y cuando se dirigía al supermercado de 48 y 20 fue atacada por un sujeto joven en bicicleta que le arrancó de su mano el monedero. La víctima reaccionó y lo corrió por más de tres cuadras sin poder alcanzarlo.
La sociedad espera que la policía logre atraparlos pero una vez que estén detenidos los fiscales intervinientes puedan aplicar el rigor de la ley y que los jóvenes no puedan recuperar la libertad por largo tiempo.
Más casos
En los últimos días los hechos de similares características reportados por mujeres que se trasladaban a realizar las compras o salían de los negocios alcanzan a una decena.
La problemática también se extiende a los barrios. Los cacos eligen a sus víctimas entre mujeres que se trasladan solas y con más de 50 años de edad. El blanco son las bolsas con mercaderías y las carteras donde llevan el dinero. La zona más caliente y donde se registraron el mayor número de víctimas se encuentra en calle 46 entre 18 y 23.
Los delincuentes jóvenes se trasladan en bicicleta o en ciclomotor. En el noventa por ciento de los casos actúan en pareja.
La modalidad delictiva denominada arrebato que se extiende por la ciudad, es el mayor ejemplo de lo globalización del delito. Apenas tres años atrás ese tipo de hechos las mujeres colonenses lo miraban por televisión en los noticieros de la Capital Federal.
Las mecheras
Un gerente de un conocido supermercado de 20 y 48, señalaba a Colón Doce que debió retirar las bebidas blancas costosas de las góndolas respectivas debido a que las botellas eran hurtadas sistemáticamente mediante la modalidad “robo hormiga”. En la mayoría de los casos las cámaras instaladas en el local indicaban que las ladronas eran mujeres que ingresaban al lugar a realizar compras.
En un caso, las cámaras demostraron que dos mujeres se habían vestido de maestras jardineras y una tercera las ayudaba colocando la mercadería hurtada en el interior de calzas. La mercadería a la salida del comercio eran disimuladas por el “ inocente” guardapolvo.
En este rubro los adelantos técnicos no tiene límites. Las mecheras envuelven con papel de aluminio las grandes carteras para evitar que los sensores suenen y de esta forma sacar sin inconvenientes la mercadería sustraída.
Inspectores
La otra modalidad en auge en ciudades cercanas, son el robo a través de la presentación de falsos inspectores. Este tipo de ilícitos también ocurrió tiempo atrás en nuestra ciudad. En este sentido, casi siempre una pareja de hombres vestidos con ropa de trabajo se presentan en una vivienda diciendo ser inspectores de la empresa de Gas, Cooperativa Eléctrica o incluso Obras Sanitarias. Los delincuentes bien entrenados, bajo el pretexto de revisar una pérdida de fluido eléctrico en una heladera que no funciona correctamente o en revisar la cocina ante pérdida de gas, piden ingresar a la vivienda. Los cacos son educados y de modales afables, son prolijos en su vestimenta.
En una inteligencia previa eligen a sus víctimas entre personas mayores. Una vez dueños de la situación encierran a los moradores y se retiran del lugar con el botín (la mayoría de las veces dinero en efectivo). Siempre cuentan con el apoyo de un tercer individuo que hace de campana y que conduce el vehículo para poder escapar.
En este sentido, no se debe abrir las puertas de la casa a personas extrañas y además se debe pedir identificación y ante la menor sospecha llamar a la policía.
Los scruches
La forma que va tomando la delincuencia en los últimos tiempos es dinámica. La época estival llama a dejar las casas los fines de semana muchas horas sin habitantes. Las familias toman mayor esparcimiento al aire libre. Los delincuentes en los últimos meses parecen “ensayar» esta modalidad y ya hubo casos de intentos de robo. El ejemplo, una vivienda de calle 20 entre 45 y 46. Los ladrones sabían que no había gente en el lugar debido a una inteligencia previa. La inseguridad en los próximos tres meses seguramente pasará por este tipo de delito, así que habrá que tomar todas las precauciones del caso.
Vidrieras
En cuanto a la rotura de vidrieras el sentido común indica que estos actos de vandalismos son producto del resentimiento.
En las últimas semanas hubo una decena de casos de estas características. La policía debería buscar a los responsables en un grupo de jóvenes de entre 14 y 17 años, con prontuario por delitos menores e incluso buscando en los archivos escolares los posibles sospechosos podrían tener serios problemas de conducta y abandono de la escuela. Las relaciones con el alcohol y la droga podrían además estar muy cercanos. La pérdida de los comerciantes en la compra de los vidrios destrozados supera ampliamente los 10 mil pesos.
|
|
|