20/07/2001
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El colonense Jorge Rivas y la amistad con Mario Barbieri un policía santafesino que fue separado de la fuerza por ponerse “en la vereda de enfrente”.
El viernes 14 de mayo de l999 a las 16.15, los vecinos del barrio Centenario sospechaban de un inminente procedimiento policial, dos patrulleros policiales merodeaban por calle 44. A las 16.50 un helicóptero se aproxima sobrevolando la esquina de calle 16 y 43. La fuerzas confluyen sobre una vivienda del sector. Un cronista de Colón Doce llega al lugar y es testigo de lo que acontecía. Los policías se bajan y rodean la casa. Una mujer que estaba tendiendo ropa ingresa rápidamente al interior de la vivienda. Se escucha un extraño ruido. Los uniformados piensan que Jorge Rivas esta cargando el arma de fuego y se va a resistir. Los policías toman las precauciones del caso. La información posterior del cronista, es que el malviviente rompió con un martillo su teléfono celular. Rivas quería evitar que al ser periciado se descubriera los últimos contactos que había tenido y que seguramente involu-craría a otras personas.
La persona más buscada por la policía santafesina sale de la vivienda. Adelante va una joven mujer. Rivas grita“ no tiren, todo se acabó perdí”. El oficial principal Paolini le dice “te salvaste por poco”, el caco se pone rojo de furia y se niega a subir al patrullero. El oficial Galván le grita “subí, no es momento de ser bardo, perdiste y punto”.
Días en libertad
Jorge Rivas había estado prófugo casi 90 días. Las versiones son muchas. Los uniformados de Santa Fe señalan que días antes de su detención el colonense se había tiroteado con varios efectivos en el sur de esa Provincia en un hecho de “Piratería del asfalto”. Los delincuentes logran escapar en una Toyota roja que primero “pincha” un neumático y luego vuelca. Sin embargo Rivas escapa del operativo cerrojo. Nuestro cronista de policiales pudo averiguar una versión en el “ambiente pesado” que indica que el delincuente pudo burlar el cerco policial, haciendo dedo y relatando al automovilista que lo “levantó” que era un chacarero que había tenido un accidente.
En Colón dos semanas antes de apresar al prófugo, un efectivo montó una efectiva tarea de inteligencia. El pesquisa sacó fotos de la vivienda de donde presumiblemente tenía su refugio Rivas y pudo constatar que era visitada periódicamente por el peligroso caco.
El 5 de mayo Rivas festejó su cumpleaños número 37 en compañía de las personas más cercanas a su entorno. La fiesta habría durado hasta la madrugada. Los “custodios” que le servían de apoyo logístico llegaban hasta las cercanías de la vivienda y luego lo dejaban solo. El uniformado encargado de realizar la inteligencia señaló: “En esos días Rivas se movía continuamente y no se quedaba mucho tiempo en un lugar. La tarea para ubicarlo sin tener ninguna posibilidad de equivocarnos demandó 15 días”. Ese viernes la orden de allanamiento tardaba y los policía montaron un discreta vigilancia de la casa. A media tarde la orden llegó y todo salió tal cual fue previsto. El prófugo no se resistió como se temía. En un reportaje Rivas dijo: “ me escape de Coronda por temas familiares y económicos. Me sentí boleta cuando me fueron a buscar. Ya me sentía así antes, cuando leía los diarios o escuchaba la radio. Veía lo que se estaba armando alrededor mío, esas mentiras, que se estaban haciendo ver a la gente, era un circo para matarme”.
Amigos
Jorge Rivas al llegar a la comisaría y ser puesto en la pequeña celda sufrió un ataque de nervios. Pasaron 24 horas y el reo fue trasladado a la cárcel de Coronda donde siguió siendo un preso ejemplar.
El presidario ante la ofensiva de los medios de prensa necesitaba “mejorar” su imagen y estaba dispuesto a dar una entrevista a los periodistas de la Capital de Rosario. A mediados de junio un detenido identificado como Mario Italo Barbieri, alias “El burro”, llamó al medio de prensa y realizó una gestión a favor de Jorge Rivas. “Quiero presentar a un amigo para que pueda dar su versión sobre los hechos de los que lo acusan”. El amigo era Jorge Rivas, condenado a 15 años de prisión por el secuestro del empresario José Ricardo Díaz Franco. La entrevista se realizó el miércoles 30 de junio en la celda que habitaba el colonense.
Barbieri
Las fuerzas de seguridad señalan que la amistad entre Barbieri y Rivas comenzó en la cárcel de Coronda, sin embargo se especula que ambos pudieron recorrer en forma conjunta el “espinel” delictivo. Mario Italo Barbieri en su juventud fue un oficial de la policía santafesina y egresó en la promoción 1976 de la Escuela de Cadetes. Su primer destino lo realizó en el comando radioeléctrico, la comisaría 13 y hasta integró el servicio de informaciones.
Según consta en su foja de servicios fue dado de baja de la fuerza en 1981. El primer episodio delictivo lo realizó a una estación de servicio de Chañar Ladeado. La justicia santafesina lo condenó a 6 años de prisión. El tiempo pasó y al recuperar la libertad administró un bar de su propiedad, luego cayó nuevamente detenido al asaltar un estudio jurídico en la capital provincial.
En 1995 escapó de la Unidad Carcelaria. Sin embargo el 31 de diciembre fue detenido por el robo del Banco Vaf en el pueblo de Alvear donde se llevó 47 mil pesos.
En abril de l998, ya en libertad Barbieri y un cómplice de apellido Juri asaltan a un comerciante cordobés de la ciudad de Ballesteros. Los asaltantes se llevaron a un rehén que fue abandonado en la zona rural. En la localidad del Fortín el Volks-wagen Polo volcó y los malvi-vientes gravemente heridos fueron atrapados por la policía. En todos estos hechos hubo un misterioso tercer cómplice que siempre logró fugar.
El reportaje de Rivas
En el reportaje concedido a «La Capital de Rosario» Jorge Rivas desmiente haber participado junto a Ariel García, Andrés Roldán y Daniel Caffese de los secuestros de Monte Maíz. En esa ocasión la banda había raptado -según la policía- a Jorge Negrini y Fernando Massaro. El 28 de julio de l992, en el centro de Rosario, la policía Federal detuvo a Rivas y los acusó de los secuestros de Hugo Filepetti ocurrido en Murphy en setiembre de l991 y el de Masaro y Negrini, ocurrido en agosto de l991 en Monte Maíz Córdoba.
El 22 de agosto de 1992, la Agrupación de Unidades Especiales, al mando del comisario Romero, detuvo a Ariel García. Por otra parte, Andrés Roldán y Daniel Cafese ya estaban encarcelados en la provincia de Buenos Aires.
Extorsión
Rivas con respecto a su perseguidor dice: “A principios de l988 el comisario Romero me va a visitar a mi casa de Colón. No a visitarme si no a extorsionarme a pedirme 30 mil pesos, por una causa por el robo de un camión de yerba La Hoja. La yerba había sido secuestrada a un tal Jurjo conocido “reduce” de mercadería robada de Rosario y por lo cual llega a mí porque decía que yo le había vendido a Jurjo la mercadería”. Agregó “No soy un santo, soy un delincuente, pero no me dedico al palo del secuestro extorsivo”.
Cabe aclarar que en la causa del secuestro de Filepetti el juez Carlos Rizzo lo condenó por pericias caligráficas. En cuanto al secuestro de Díaz Franco Rivas dijo que el empresario fue víctima de una banda de para-policiales. En estos momentos Rivas y Barbieri comparten la cárcel de Coronda.
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