20/07/2001

Ciencia (La Opinión)

nenes.jpg - 29363 Bytes Los primeros bebés de probeta en la historia lugareña nacieron hace dos semanas.

Ya están en su casa, para delicia de sus perseverantes padres, familiares y amigos. Consideraciones del equipo de profesionales que integra el Departamento de Reproducción Asistida en el referido sanatorio
La técnica de fecundación in vitro llegó a Pergamino para quedarse: hace unos días nacieron los dos primeros pergaminenses en cuya gestación fue clave la aplicación de esta modalidad; los bebés están muy bien y todos los que aportaron un granito de arena (familiares, profesionales, etcétera) para este logro científico-humano están colmados de felicidad.
Gianluca y Giovanni entraron a este mundo a través de uno de los quirófanos de Clínica Pergamino, en cuyo seno se ha formado un Departamento de Reproducción Asistida a cargo de los doctores Mercedes Mammone, Esteban Ramella, Roberto Buils y Pedro Bomarito. El hecho representa un salto cualitativo importante en el marco de la ya reconocida oferta de salud brindada por el decano de los sanatorios privados locales, la cual de esta manera se consolida y profundiza, al servicio de la población de una amplia región.
Los chicos están en perfecto estado. Gianluca y Giovanni estuvieron unos días en nursery y ya fueron dados de alta, siguiendo su evolución normal con una vitalidad espléndida.
Qué interesante sería poder preguntarles a los dos mellizos recién nacidos qué sienten al ser los dos pioneros «bebés de probeta» de la historia pergaminense. Ellos son los protagonistas, pero no existe la posibilidad de entrevistarlos; sólo basta con mirarlos para experimentar un cúmulo de sensaciones.
De todos modos, el relato de la novedad puede nutrirse muy bien con los comentarios de los dos sostenes fundamentales de esta historia: los padres y el cuerpo de profesionales de la salud que los ayudaron a cumplir el sueño de tener un hijo... que vino con yapa.
La maravillosa noticia es el fruto de un esfuerzo coordinado que se remonta mucho tiempo atrás. Fueron años de acumular experiencia en el arte de dar a luz por parte del cuerpo médico y también la pareja progenitora dio vuelta el almanaque varias veces antes de llegar a este estado de plenitud. Pasaron meses de espera y días de ansiedad para que se produjera «el milagro de la vida» de esta manera.
Nunca antes se había desarrollado en forma completa en nuestro medio el minucioso proceso de la reproducción asistida en alta complejidad.

  • Impresiones
  • Un verdadero grupo de trabajo, más allá de los roles circunstanciales, efectuó todo el proceso. La cesárea la realizó Bomarito con su ayudante habitual, el doctor Gustavo Crivelli y la presencia de todos los integrantes del equipo de fertilización de Clínica Pergamino. Por adelantársele el parto a una paciente de Bomarito fue a él a quien le tocó inaugurar en nuestra ciudad los nacimientos a partir de la fertilización in vitro. De cualquier manera, participó todo el grupo y se acompañaron mutuamente en esa circunstancia difícil. El doctor José Parodi fue el neonatólogo.
    Hasta el momento de la fertilización es más intenso el asesoramiento de los especialistas del Cegyr (Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción), pero luego de que la paciente queda embarazada se encarga el equipo local porque se trata de un embarazo como cualquier otro. El instante clave y distinto es el de la fecundación, que es precisamente donde se concentra la ayuda profesional porque así lo requieren los organismos de los padres.
    A partir de que la paciente queda embarazada todo sigue por los carriles conocidos. Las complicaciones posibles son las que se pueden presentar en cualquier embarazo, con o sin fertilización asistida.
    Una y otra vez, los médicos aclararon que «independientemente de la fertilización in vitro que fue realizada en esta paciente en el mes de noviembre, cursó un embarazo normal, sin ningún tipo de complicaciones por ser una fertilización in vitro, es decir que es comparable a cualquier embarazo».
    Que sean solamente dos chicos es un buen resultado, porque a veces engendran un número mayor de hijos y es más complicado. Por . Por caso particular fueron tres, de los cuales resultaron con eso en el centro local no transfieren más de tres embriones. En este éxito los dos que ahora puede disfrutar esta pareja.
    Afirmó Bomarito que «el proceso del embarazo se desarrolló con absoluta normalidad, como cualquier otro, sin ningún tipo de complicaciones. Los bebés nacieron de siete meses y medio por una rotura de membrana, que puede acontecer con cualquier paciente embarazada y sobre todo en mujeres con embarazo gemelar.
    No se presentaron diferencias en comparación con otros embarazos múltiples. Generalmente, con un embarazo múltiple no se llega casi nunca a la fecha probable de parto, o se adelantan o a veces lo adelantamos los médicos, pero nunca llegan a las 40 semanas». Esto tiene que ver con el peso de los chicos, ya que al sumarse los kilos que alcanzan en un desarrollo de nueve meses representan un volumen incontenible para la madre.
    Explicó el doctor Esteban Ramella que «generalmente, cuando es múltiple (dos o más bebés), en el conjunto hay mucho más peso que en un embarazo normal. En este caso fue un embarazo, que a pesar de ser de siete meses medio, cada uno de los chicos pesó alrededor de un kilo ochocientos gramos. A eso se le suma las dos placentas, las dos bolsas y demás.
    Por ser un embarazo de 34 semanas, y no de 40 como es lo ideal, es un peso muy bueno, casi igual que un embarazo de un solo chico en este término». El parto fue por medio de una operación cesárea, debido a que hubo una rotura de membrana de uno de los chicos y como el primero estaba en posición pelviana, hubo que realizar una intervención como la referida.
    Esta repentización sorprendió a los profesionales que seguían el proceso, porque habían visto a la paciente «48 horas antes de que rompiera la membrana. Además, fue un día sábado y debimos realizar una cesárea de urgencia».

  • Satisfacción
  • - Más allá de hacerlo con la profesionalidad que se aplica en cualquier otro caso, ¿cómo vivieron este momento, teniendo en cuenta que se trataba de algo inédito, de alguna manera, histórico?
    - La sensación que tuvo todo el grupo es, primero, que no esperábamos que se nos adelantara casi seis semanas y, en segundo lugar, la emoción por ser la primera fertilización in vitro con éxito que tenemos en Pergamino. Y cabe destacar que tenemos varios casos que vienen detrás de éste, dos de los cuales tendrán su nacimiento en los próximos días. Además, teníamos el nerviosismo de que todo saliera a la perfección. Aunque siempre lo hacemos con el mismo cuidado, éste era un desafío especial.
    - ¿Cómo sienten en la Clínica la posibilidad de brindar este nuevo servicio a la gente, que todo salga bien y con los resultados muy positivos que se están logrando?
    - Creo que esto es un éxito del grupo de médicos que nos lanzamos hacia la meta que ahora por primera vez vemos cumplida, y también de todo el conjunto de la Clínica que nos presta su apoyo, desde el directorio hasta los diferentes equipos de personal, como el grupo de enfermería, que para nosotros es fundamental, particularmente el de cirugía, laboratorio, con el doctor Marcelo Schuster que nos hace todos los estudios hormonales, los espermogramas, etcétera y la psicóloga, licenciada Silvia Mártire.
    Todo el grupo está sumamente contento porque vemos que las cosas están funcionando a la perfección y que tenemos éxitos, por suerte un poco mayores al promedio de las estadísticas mundiales; estamos en casi el 50 por ciento de éxito en cada grupo que organizamos, cuando el índice habitual es alrededor del 30 por ciento. Esto es algo inédito para Pergamino, así que nosotros tratamos de hacer lo mejor para brindárselo a la comunidad, no sólo de nuestra ciudad sino de la zona de influencia.



    Volver a Semanario Colon Doce