11/05/2001
Colón 2001: Vivir con miedo
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La sociedad colonense cambia de hábitos ante la ola de inseguridad que azota la ciudad. Lo primordial es: no debemos acostumbrarnos al accionar de 30 delincuentes.
Un comerciante señaló " los únicos que se salvan en esta época de crisis son los fabricantes de rejas". La frase es una rápida pintura de la realidad. Una recorrida por el centro de la ciudad y los barrios nos demuestran que el paisaje colonense poco a poco comienza a cambiar. Está en el inicio de los años ochenta en el conurbano bonaerense, cuando los habitantes de San Justo, San Isidro, Morón, Ramos Mejía, etc., comenzaron a enrejar sus casas e iniciaron un camino sin retorno: vivir prisioneros en sus propiedades.
Colón
En Colón, luego de 37 asaltos a mano armada a comercios en el último año, los propietarios comenzaron a poner rejas en ventanas y hasta en los pequeños zaguanes.
Para el cronista lejos quedaron aquellos tiempos en que se dejaba la puerta abierta y la confianza estaba en nuestros corazones. El pasado jueves un propietario de una estación de servicio en cercanías de 47 y 25, se quejaba amargamente. " Tres jóvenes me pidieron leer el diario para ver el resultado de los partidos. Les di permiso entraron al local y en un momento de descuido me llevaron la caja de las monedas" confesó.
El futuro
Un alto jefe policial conocedor de la calle y el accionar de los delincuentes nos dijo: " la situación en el invierno va empeorar, no es un problema policial es algo mucho más profundo y tiene que ver con lo que sucedió en los últimos 10 años en el país".
Colón Doce realizó una recorrida por comercios y la situación es grave. Un comerciante de 44 y 21 nos argumentó: " cierro las puertas a las 20 y cuando llega un cliente observó si es conocido o no, luego abro y vuelvo a poner la traba de seguridad".
Quioscos
La metodología está extendida. Los quiosqueros atienden tras las rejas. Una víctima del accionar delictivo que tiene el comercio en calle 20 entre 45 y 46, enrejó el pequeño local. En este sentido, cuando las primeras sombras invaden las calles, el quiosquero cierra la puerta y también ve al cliente antes de atenderlo. No es para menos, el comerciante fue asaltado a mano armada dos veces y en la última ocasión lo golpearon con la culata del revólver solo porque tardó en abrir la caja registradora. Aunque esto no es lo grave, los asaltantes fueron identificados y los vericuetos de la Justicia hizo que estén en libertad.
Los farmacéuticos
El panorama es estremecedor. Los farmacéuticos dieron un comunicado de prensa donde indican que la última hora de atención al público de cada jornada, atenderán por la ventanilla de turno. Una radiografía que se extiende y todavía nadie se explica porque sucede en una ciudad de 23 mil habitantes.
Por su parte, dos jubilados señalaron: ya no vamos ni al club, es que al regreso tenemos miedo que alguien nos asalte y nos empuje con las consecuencias que puede tener una caída a nuestra edad". La semana pasada hubo dos comerciantes aterrorizados. En calle 48 y 16 una tienda estaba cerrada con llave para evitar asaltos. La propietaria atendía a dos clientas. Los delincuentes llegaron y trataron de abrir la puerta y al estar cerrada, rompieron el vidrio e ingresaron. El terror a igual que en las películas se apoderó de las tres mujeres y difícilmente olviden el momento. El drama tiene un agregado: los mismos asaltantes era la segunda vez que visitaban el comercio.
Las calles
La población vive una situación muy particular. Los comercios comienzan a cerrar más temprano y todo cliente desconocido es sospechoso. Los jueves, viernes y sábado son los días de mayor concentración de los asaltos y por las versiones circulantes las bandas que actúan habrían dividido el territorio. Hace una semana dos bandas se habrían enfrentado y una de ellas la perdedora regresó a su barrio con algunos golpes y cortaduras. Los nombres de los posibles delincuentes circulan en la calle y un comerciante muy ofuscado señaló: " Si la Justicia no hace nada deberemos tomar cartas en el asunto y dar un escarmiento a estos ladrones de cuarta".
La seguridad
En la zona rural policías y productores se organizaron y el operativo parece dar resultado. Es hora que la gente comience a organizarse para enfrentar la ola de delitos contra la propiedad.
La solidaridad es la punta de lanza para vender a los malvivientes. Algunos propietarios de comercio comenzaron a armarse y la tragedia flota en el ambiente. Mientras tanto nos preguntamos: ¿ Que pasa si muere un comerciante o una persona en un asalto?. Pensar en las repercusiones que pueden llegar nos mete miedo.
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