27/04/2001

El Caso Di Leo: "La investigación habría entrado en vía muerta"

A casi cuatro años del homicidio de la maestra jardinera no existe movimiento de la causa judicial. El expediente está en poder de los investigadores. Las hipótesis se desvanecen.

A las 13.35 del miércoles 7 de agosto de l997, la vida de muchas personas comenzaban a cambiar.
En el jardín de infantes "Tardecitas de Sol", ubicado en avenida Córdoba 5600 de Rosario, una mujer rubia apretaba el gatillo de un revólver calibre 22. La bala ingresó en la nuca de María Rosa Di Leo, y en forma instantánea término con su vida.
En una agenda, la mano de la docente describió una larga línea. La asesina por impericia de los investigadores se evaporó y el misterio continua. En el medio hubo varias víctimas y una colonense debió purgar dos años de prisión siendo inocente.

  • El juzgado
  • A casi cuatro años, la causa parece haber ingresado en un punto muerto. En el Juzgado de 9º Nominación a cargo del juez Carlos Carbone, hace tiempo que no se registra ningún movimiento del expediente.
    Según nuestro corresponsal, la causa fue remitida a la policía santafesina para que continúe con la investigación. Las hipótesis a seguir eran varias e incluso una de ellas se dirigía a nuestra ciudad. En la actualidad todo indica que de no mediar un hecho fortuito o la aparición de un nuevo testigo que aporte nuevos elementos el caso terminará cerrado.

  • El barrio
  • En el barrio donde María Rosa Di Leo desarrollaba su actividad docente ya casi nadie se acuerda del caso. La cuadra está con algunos locales cerrados y es el vivo cuadro de la crisis económica que afecta Rosario.
    La parrilla de la esquina cerró sus puertas. En la casa de comida trabajaban dos de los principales testigos que observaron el día y a la hora del crimen un auto negro sospechoso.
    Los vecinos indican que el salon es alquilado como lugar de fiestas y que el jardín de infantes ya no funciona mas. El amplio local que pertenece a la familia Di Leo está alquilado y funciona un comercio dedicado a la venta de repostería y adorno de tortas.
    El kiosco donde una testigo describió físicamente a la presunta asesina cerró sus puertas y su nuevo domicilio es desconocido. El barrio cambió su aspecto con el paso del tiempo y casi no existen huellas del drama vivido. La avenida es un lugar de mucho tránsito y la asesina debió realizar una inteligencia previa para llegar hasta la víctima.

  • La sospechosa
  • La Cámara de Apelaciones ordenó nuevas investigaciones y sobre todo requirió seguir la pista de una mujer teñida de rubia que el miércoles 7 de agosto de l997, merodeo el Jardín de Infantes en actitud sospechosa. La presunta asesina se hallaba acompañada por una criatura de corta edad y un hombre joven.
    Además su pelo lacio y largo estaba teñido de rubio. El dato fue confirmado por la testigo de apellido Montino. La comerciante la observó muy de cerca y además le vendió una caja de diez cigarrillos marca Marlboro.

  • Nuevamente Colón
  • La policía, luego de que la justicia absolviera a Miriam Buisart, comenzó a investigar el origen de esta mujer y todo indica que hubo dos hipótesis. Ambas fueron investigadas en el año 2000. La primera fue dirigida hacia Colón y la segunda a una ciudad santafecina. El paso del tiempo hizo que las pistas se desvanecieran, pero existe la convicción que no todos los testigos o personas que saben de quien se trata hablaron ante la policía o la justicia. El paso del tiempo y tal vez la pesada carga que llevan en su conciencia, logren quebrar finalmente el silencio impuesto.

  • El auto
  • Los parrilleros Salcedo y Castrucci realizaron un reconocimiento del vehículo estacionado el día del crimen sobre la vereda de la calle Córdoba y que presuntamente pertenecía a la asesina. La justicia dispuso en el trámite dos vehículos color negro en la posición 1 y 4, un Pointer azul en la 2 y un gol celeste en la posición 3. Los testigos señalaron sin dudar y por separado los dos vehículos color negro. La prueba fue ignorada por el juez Carlos Carbone perdiendo un valioso tiempo en la investigación.

  • Sin error
  • Los dos trabajadores gastronómicos tenían un panorama claro desde los amplios ventanales del comercio y la distancia no sobrepasaba los 30 metros. Además la jornada típicamente otoñal era soleada, lo que aumentaba la visibilidad. A esta altura de las circunstancias no existen dudas. La asesina usó para movilizarse un moderno vehículo color negro.
    El auto pudo ser prestado y por eso no se halló la propiedad del mismo en el círculo donde se movía la maestra. La mujer además estaba teñida de rubio y seguramente era la madre de la pequeña criatura que la acompañaba, siendo el joven su esposo o alguien muy intimo.

  • Pocas personas
  • Estos datos no deben haber pasado desapercibidos para los policías santafecinos. El mapa a investigar con todos los aportes de los testigos se reducía a pocas personas.
    Además es claro que la asesina por temor debió cambiar nuevamente su color de cabello, seguramente a un color oscuro. A pesar de todos los datos, los investigadores con marcada impericia fueron incapaces de develar el misterio.



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