08/03/2001
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El caso de un estudiante de ingeniería acusado de violación, quien pasó un infierno de casi dos años. El hecho se agrega al estudiante de medicina, acusado de violación en Rosario, donde finalmente se descubrió que el delincuente era un conocido médico oriundo de Pergamino.
Un joven estudiante de Ingeniería que pasó ocho meses preso en una comisaría y un año con arresto domiciliario por estar acusado de dos violaciones y robos, fue sobreseído porque los resultados de una prueba de ADN incriminan en un 99,9 por ciento a otro sospechoso, que estaba libre.
Silvio Herrera, el joven de 28 años de la ciudad de Alvear, imputado en dos casos de violación que se produjeron en la ciudad de La Plata entre mayo y junio de 1999, quedó libre de culpa y cargo luego que la justicia, después de casi dos años, determinó por medio del ADN en pelos y piel que habían sido hallados en los lugares donde se produjeron las violaciones, que el autor de esos delitos es otro sospechoso que por ahora está libre.
Parecidos que matan
Silvio Herrera, de 26 años, cursó hasta cuarto año de Ingeniería en Construcciones en la UNLP y, según su propio testimonio, el único "delito" que cometió en su vida es el de ser muy parecido a un hombre que ingresó a cara descubierta en dos departamentos. En el primero, violó y robó a una chica de 19 años; luego cometió igual delito contra una abogadaplatense, hija de un camarista.
En octubre de 1999 la policía detuvo a Alberto Fabián Salas, luego que este intentó asaltar y violar a una estudiante platense; el parecido físico con Herrera abrió las sospechas para asociar este caso con los que se le imputaban a Herrera.
El estudiante fue detenido en La Plata el miércoles 12 de mayo de 1999 a la salida de una cursada de la Facultad porque, según le comentaron al momento de arrestarlo, "te pareces a un ladrón que estamos buscando". Desde esa mañana, deambuló durante
ocho meses por cuanta dependencia policial existe en La Plata; quedó libre y fue detenido nuevamente. Luego el fiscal le dictó la prisión preventiva y meses después la Cámara Penal confirmó la misma.
La primera detención
La primera detención surgió minutos después que la chica de 19 años que había sido violada en su departamento lo vio desde un remis mientras el joven se dirigía a la facultad y no dudó en imputarlo como su victimario. El sábado siguiente al que Herrera quedara en libertad "por falta de méritos", en calles 49 entre 23 y 24, se produjo otro robo e intento de violación.
Los hechos se relacionaron por su similitud: en ambas oportunidades el violador ingresó al edificio a cara descubierta, las dos veces tocó timbre en los departamentos, le pegó una trompada a sus víctimas y se quedó con ellas dentro de la vivienda.
En la primera causa, la víctima señaló a Herrera en una rueda de reconocimiento de voces. Después, por la segunda causa, Herrera también fue señalado en rueda de reconocimiento de personas por una vecina de la abogada, la abogada y un taxista que llevó al ladrón cuando éste escapó. Así quedó como el principal imputado en dos causas.La defensora
En ese momento, la principal defensora de Herrera fue Carina, su novia, una pampeana de 24 años que estaba por rendir el último examen de la carrera de Comunicación Social en la UNLP. Hasta el día de la primera detención vivía en el Centro de Estudiantes de Alvear y sus compañeros de la casa ponían las manos en el fuego por él.
Siendo que las explicaciones de Herrera eran muy claras: el primer caso fue a las cuatro de la tarde del lunes 3 de mayo y Herrera asegura que estuvo en el departamento de su novia, dos amigas de Carina ratificaron esto. El segundo hecho fue el sábado 22 a las 20 horas, en ese momento él estaba en la Terminal despidiendo a sus padres, que habían venido de Alvear para saludarlo después que había quedado libre de la primera detención.
En ese momento, en una entrevista, Herrera mostró toda su desesperación y lanzó una frase que, casi dos años después, suena trágica: "Ahí afuera hay un loco que se parece a mí, por favor que se investigue, no puede ser, que pongan a alguien que me siga todo el día, porque así voy a seguir acumulando causas", afirmó
Violador de Pergamino
La ciudad de Rosario se encontraba convulsionada. Un violador a lo largo de casi tres años había violado a mas de una docena de estudiantes universitarias en el radio céntrico. La policía no podía encontrar pistas del delincuente. Un padre despe-chado denuncia al ex novio de su hija.. La fuerza de seguridad detiene Leandro Riboldi- En su contra no existen pruebas contundentes. La policía y el juez de la causa manipulan dos pruebas caligráficas para justificar su detención.
La salvación
Pero luego de que Riboldi, un joven estudiante, oriundo de Arroyo Seco, estuvo casi dos años preso y condenado a siete años de prisión, acusado de la violación de 15 mujeres, la causa dio un giro de 180 grados.
Una madrugada la policía detiene a un joven por robo y es llevado a prestar declaración indagatoria ante la jueza Dr. Silvia Rodena. En medio de su declaración se quiebra y reconoce ser el autor de la cadena de violaciones. Los detalles son escabrosos y sorprende a la magistrada.
Cabe destacar que además del joven Riboldi, otro inocente estaba encarcelado acusado de dos violaciones. Se trataba de un médico laboral que prestaba servicio en los tribunales de Rosario. Poco después ambos recuperarían la libertad.
El violador
El declarante reconoció todos los hechos de violación. Lo notable que el violador no era una persona común y corriente. Se trataba de Néstor Fica, un joven de 25 años, oriundo de Pergamino e hijo de una reconocida familia. El pergaminense hacia cinco meses se había recibido de médico y los abusos sexuales los efectúo cuando era un avanzado estudiante. En su departamento de Rosario se encontraron ganzúas y llaves, además de navajas y una replica de una pistola 9 mm con que amenazaba a sus víctimas, para lograr su cometido. La Justicia no supo que decir y hasta retrasó la libertad de Riboldi, lo notable es que si el violador Fica no hubiese reconocido los hechos, el joven de Arroyo Seco hubiera pasado 7 años en prisión.
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