09/02/2001
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La problemática a nivel local se agrava. En pocos días dos mujeres menores habrían sido internadas en el Hospital Municipal por sobredosis. Habría más casos de adictos que llegaron al límite de la vida.
La problemática no es nueva en nuestra ciudad. La sensación (faltan estadísticas) es que va en acelerado ascenso.
Los dos casos de las adolescentes (16 y 18 años), que habrían sido internadas por sobredosis de estimulantes en el Hospital Municipal, es solo la punta de un iceberg que tiene una base que ignoramos su dimensión.
El tema preocupa. Los ejemplos sobran y para ejemplificar su crecimiento debemos argumentar que ya casi no existe en la ciudad grupo de amigos que no tenga en su interior una víctima de la adicción.
A la altura de las circunstancias
Por otro lado, llama la atención, que los casos de sobredosis ocurridos en enero, no hayan producido la reacción rápida de la justicia y las fuerzas de seguridad encargadas de la represión del delito por tráfico y comercialización de drogas, y más tratándose de menores de edad.
En este sentido, el último gran procedimiento antidroga contra la cadena de comercialización de estupefacientes en Colón, sucedió en febrero de 1995. El tiempo pasó y a un lustro de aquellos sucesos, las fuerzas de seguridad solo realizaron detenciones en la vía pública de menores con algunos gramos de marihuana o cocaína, pero nunca se llegó un solo escalón más arriba. Por eso podemos afirmar que "los distribuidores de drogas están bien... gracias".
¿Un informe?
En los últimos días circuló una versión que por su procedencia es digna de crédito. Según señaló una fuente creíble "personal de inteligencia habría realizado un mapa de distribución de drogas en Colón". El informe escrito describiría por lo menos 15 puntos de ventas de estupefacientes en el interior de casco urbano. En este sentido, podemos afirmar que ante el cariz que toma la problemática, no estaría fuera de contexto con la actual realidad.
La problemática
Los técnicos en prevención de la drogadicción señalan que los primeros que se debe erradicar es la "cultura de la droga, que es tan grave como los puntos de ventas". La sociedad debe asumir que además de las tareas de prevención debe existir la represión del delito para los que comercian con la muerte.
El tema es simple. La problemática se agrava y como ejemplo podemos señalar que en Colón disminuyo a igual que en todo el país la edad de ingreso al consumo. En este sentido, cabe destacar que en la actualidad existe una menor de 12 años en tratamiento antia-dictivo.
La realidad
Por otro lado, la realidad que nos circunda determinó un avance en nuestra mentalidad, para enfrentar con éxito el problema. Una fuente, nos indicó que existen reuniones terapéuticas de padres con hijos consumidores.
Estos grupos de reflexión compartirían experiencias y se autoayudan en la difícil situación. Según señalan, las causas de la drogadicción tiene un patrón común: la falta de comunicación, desinterés en la familia o de afecto.
Darse cuenta
La gravedad de la situación implica a padres, maestros, profesores, a estar atentos para detectar a las víctimas de este flagelo social.
Una persona adicta tiene ciertas características. En el aspecto físico:
1- Pupilas dilatadas.
2- Descuido del aseo de la ropa.
3- Resfrios frecuentes.
4- Dormir mucho, fuera de los horarios habituales.
5- Ingiere, demasiado alcohol.
6- Picazones o irritaciones de piel.
En el aspecto social:
1- Ausencia de proyectos.
2- Actitudes agresivas.
3- Rencores exacerbados
4- Enojos sin sentido alguno
5- No presenta a los amigos en la casa.
6- Permanente estado de apatía.
El peligro que viene
En nuestra ciudad si no existe una rápida reacción de las autoridades (jueces, fiscales, organismo de seguridad) la situación se agravará y seguramente los casos de sobredosis seguirán incluso con graves consecuencias.
Por otra parte, la inseguridad existente en nuestra ciudad (robos, asaltos, hurtos) está también relacionado con esta problemática de las adicciones y sus necesidades de reunir dinero para consumir.
Las maniobras para introducir estupefacientes son variadas. En la región hace pocos meses se detectó una baja en el precio del gramo de cocaína y una suba por cigarrillo de marihuana. El objetivo de los traficantes es conseguir "más clientes para el palo de la cocaína que es un negocio mejor para su bolsillo por la gran oferta que existe".
Extasis en Colón
Uno de los actuales peligros es la droga sintética denominada "éxtasis". Esta droga que primero se extendió por los boliches bailables de la costa atlántica, cuesta el doble que un "raviol" de cocaína. El primer síntoma al consumirlo es la transpiración de manos y cuerpo. En una noche la ropa queda totalmente mojada y esto hace consumir grandes cantidades de agua mineral.
El éxtasis es psicotóxica, produce taquicardia, arritmias y aumenta la presión sanguínea, tensión en las mandíbulas y extremidades, inapetencia, cefalea. En uso prolongado ocasiona dificultades respiratorias, hipertensión arte-rial, irritabilidad inusual, cambios de conducta e ideas suicidas, además de dificultades sexuales. Las versiones señalan que el "éxtasis ya está en Colón y desde hace tiempo".
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