29/12/2000
* Nota de archivo:31/03/00 *
Miriam Buisart rompió el silencio
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Colón Doce y "La Capital" de Rosario fueron los medios periodísticos elegidos por la colonense para defender su postura ante diversos ataques. En esta edición publicamos las intimidades del reportaje que concedió. Lo que no fue publicado y algunas de las revelaciones más importantes.
El lunes 20 de marzo Miriam Buisart comunicó su decisión de romper el silencio con los medios rosarinos. Colón Doce sería testigo de sus declaraciones ante este medio gráfico. Los abogados defensores no estaban al tanto del reportaje pactado . El miércoles 22 de marzo a las 18 cuatro personas del diario "La Capital" pasaron a buscar a nuestro cronista de policiales y se dirigieron a la casa de 49 y 24.
La noche anterior un hermano de la entrevistada había sufrido un serio accidente y Buisart no pudo ir a buscar a Rosario el expediente de 1500 fojas. Poco antes de comenzar el reportaje, había llegado de un campo en cercanías de Arbolito donde debió suministrarle agua y comida a los animales que no podía atender su familia debido al percance sufrido por uno de ellos hacía pocas horas.
Cuando se le preguntó por qué hablaba luego de tres meses de silencio, contestó que "estaba cansada de los ataques que recibía en medios de prensa rosarinos".
Nuevo testigo
¿ A qué ataques se refiere? pregunta "La Capital". Buisart directamente involucró a su ex pareja diciendo que "se publicó por medios rosarinos que me había peleado con mi ex pareja hace poco tiempo. Esto no es cierto. La discusión es vieja, puede ser -no recuerdo la fecha- en l998. En ese momento mi ex marido fue donde estaba detenida y quiso que le firme el recibo de la cuota alimentaria acordada judicialmente para mis hijas . El valor total era de seis mil pesos, no se lo firmé porque sabía que no le había entregado el dinero. El me amenazó, se puso muy nervioso y dijo que se presentaría para declarar en mi contra. Mi abogado denunció esta situación y mi ex pareja -pienso- que se pudo haber presentado en el fiscal de la causa. Me parece que quería ahorrarse ese dinero". El periodista de La Capital comenta: "Bueno usted blanqueó al nuevo testigo, su ex esposo". Buisart contesta "¿cómo?, ¿no lo sabían?".
Otros datos
En otra parte del reportaje Miriam dice: "toda la gente de Colón sabía de mi detención menos yo". Luego explica que días antes del homicidio de María Rosa Di Leo recibió en el chalet de calle 20 un extraño llamado telefónico. Este hecho de suma importancia se puede resumir de la siguiente forma: un hombre llama diciendo ser Luis Laplacette. Atiende la hija menor de Buisart. El hombre dice que es "Lucho" y pide que Miriam llame urgentemente a un teléfono. El mismo es anotado. La hija se olvida de comunicárselo a Miriam. Pasa una semana se acuerda y se lo dice. "Gracias a Dios no lo marqué" exclama Buisart ya que llamé a Laplacette a su casa y él me dijo que nunca me había llamado para esa fecha. En ese momento yo estaba en pareja con otra persona y me encontraba bien. Mi sospecha es que si yo llamaba al número dado por el impostor, luego me iban a involucrar en el homicidio. La deducción que hago en estos momentos es que cuando investigaran se iba a determinar que yo había llamado a ese teléfono y a lo mejor con esa prueba me incriminaban directamente desde un principio". Lo expuesto es ratificado por la hija mayor. Luego Buisart se lamenta "ese número no lo pudimos encontrar para agregarlo a la causa e investigar de quién era".
Licencias y Laplacette
Con respecto a su licencia entre el 6 y 7 de agosto de l997, esta última, el día del asesinato de la maestra jardinera, Miriam explica que "en la Cooperativa Eléctrica era habitual que me tomara varios días juntos de descanso. El método era simple, trabajaba sábados y domingos y esos días eran compensados y los tomaba en la semana. Lo hacía siempre porque a veces estaba cansada de levantarme todos los días a las 5 de la mañana" . Agrega "juntaba cuatro o cinco días para tomarme en el transcurso de la semana cuando me sentía estresada, lo hacía siempre y esto lo pueden preguntar en mi ex trabajo". Agregó que "con Laplacette estuve muy pocas veces. Lo puedo contar con los dedos de la mano. En muchas ocasiones me negué a salir con él en ese mes y medio que duró la relación". También dijo: "debo reconocer que después señalé a varios conocidos que estaba arrepentida por lo que le había hecho, porque conmigo se portó siempre bien. La última vez que lo vi fue para marzo de l997".
Luis Laplacette, según reconoció Buisart, la invitó a pasar unos días a una quinta de un hombre conocido domiciliado en Rosario. Miriam le dice que no puede. Laplacette le entrega un número de teléfono - por si se arrepiente de la decisión - con el nombre Rubén a la que la reporteada agrega Funes. Pasan dos días y la colonense llama y pregunta por Funes. La persona que la atiende le dice que no conoce a nadie que se llame de ese modo. "por esos días supongo que Laplacette conoce a María Rosa Di Leo". Luego estando detenida se entera que Funes es un barrio de Rosario y la persona adonde llamaba era Mattina, un hombre de mucho dinero. El papel escrito por Lapacette es encontrado, el día de su detención, en la cartera y tomado como indicio por la policía santafesina.
La colonense explica que Laplacette "no es un empresario poderoso como se decía" ya que "tiene un taller de costura y realizaba trabajos para la Comuna donde vive y otra casa de ropas, creo que de Capital Federal".
Miriam, luego sigue contando otra pista investigativa que aparece en la causa y que extrañamente los policías dejan de lado. El excalibur señala que desde Cañada de Gómez una mujer llamó insistentemente a los distintos teléfonos de Rubén Mattina preguntando por María Rosa Di Leo. Los llamados fueron realizados desde un locutorio. Esta pista fue presurosamente abandonada. Cabe aclarar que Cañada de Gómez es una población santafesina que queda a 70 kilómetros de Rosario por la Ruta 9 y yendo a Córdoba. Buisart explica " a mí por un papelito con el teléfono me toman como sospechosa y dejan de averiguar varios llamados realizados por una mujer desconocida a la casa de Mattina. Esto es lo que no puedo entender".
La peluca
Buisart habla de otra prueba en su contra. La peluca marca Reblón color castaño que fue secuestrada. "Era una peluca de plástico que la compré en un viaje a Mar del Plata . Ahora me doy cuenta que gastaba dinero a veces en cosas inútiles. Pero era una peluca imponible y si quería matar a alguien y pasar desapercibida no me iba a poner ese mamarracho que lo único que haría es llamar la atención".
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