12/11/99
Nuestra historia : Los grandes establecimientos rurales de la Región
El castillo "San Jacinto" de la familia Alzaga Unzué y la estancia "Santa Juana", fueron parte de un país que quedó en el pasado. La agricultura, la ganadería y la economía rural de estas estancias. Sus riquezas.
Estancia San Jacinto
Tal vez la Estancia San Jacinto de los Alzaga Unzué, sea parte de un pasado esplendoroso de nuestro país y de la riqueza que en un determinado momento se instaló en nuestro campo. La construcción principal tenía más de 50 habitaciones y cada una de ellas estaba amueblada con elementos de distintos países. El visitante podía elegir pasar sus noches con un sobrio estilo inglés, francés, español o colonial, entre otros. Sus cúpulas eran majestuosas. Los picaportes, de un brilloso dorado (la leyenda señala: enchapados en oro).
Los campos que lo rodeaban pertenecían a la familia Alzaga Unzué, que llegó a tener más de 40 mil hectáreas. El parque del casco abarcaba una superficie de 25 hectáreas. En él pastaban ciervos que se traían exclusivamente y entre sus adornos sobresalían estatuas realizadas por artistas famosos italianos y argentinos. También existían construcciones con mármol de carrara. La sala principal contaba con una amplia escalera y en su centro se destacaba una gran araña de plata, que pesaba casi 200 kilos. Este último elemento permaneció en su lugar durante la subasta de 1971 y fue uno de los más requeridos en esa oportunidad. El propietario y el mismo rematador no salieron de su asombro cuando al día siguiente, varios obreros con gran esfuerzo lograron bajarla. Los adornos y la plata que contenía su estructura, no habían sido correctamente valuados por los tasadores y la magnífica araña costaba 10 veces más del importe abonado en la subasta.
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